PUNTADAS DE UNA ESPERANZA CANSADA

Sentada, rancia, en una mecedora,
lívida, con un ovillo de abismo en la falda,
teje  y teje fatigada con su abrigo de lluvia
de voces pálidas.
Sus manos mueven los ganchillos de
escarcha; un punto de bastilla, una cadeneta
y una nostalgia.
 
Cansada, retira una línea desdibujada
y el viento deshilvana lo poco que se mostraba.
Era una flor bordada con un nombre,
o un sueño tal vez...
Se ha borrado, han volado todos los hilos.
Mientras ella reposa, se deshace todo
lo que un día hubo cosido.


Libro:Sendero de latidos.
Texto de Susana Jiménez Palmera.©