A muy pocos días de presentar el libro de poemas "Con hilos de soles y lunas" en la ciudad de Bogotá en el marco de La Feria Internacional del Libro, FILBO 2016 , les comparto apartes del prólogo que escribió la periodista y poeta Margarita Galindo Steffens, Premio Nacional Meira DelMar. (si das click sobre su nombre, podrás saber algo más de ella).
El oficio y el sueño
Busqué
un momento especial para librarme de la huella que dejaron en mí muchas
lecturas y entré al mundo lírico, apasionado e imaginativo de Susana Jiménez Palmera.
Vale
decir que me lavé las manos para tocar el tejido de su segundo poemario, titulado
Con hilos de soles
y lunas. Recordé
entonces, que en su libro anterior, Sendero de latidos, me sorprendió la
imagen de una mujer sentada en una mecedora, que sostiene un ovillo de abismo
en su falda. Una mujer lívida que teje
la nostalgia y ve cómo su tejido se deshace, cómo se cansa su esperanza de
Penélope.
Ahora
encuentro más luces en el primer capítulo de su nuevo libro y una boca que persigue bailar desnuda la canción abstracta de otra alma.
Además, una amadora que está lista
para amputar el dolor sin
pretender que la amen.
Encuentro otra mujer que quiere ser verbo vivo, una utopía encarnada, solo con el
apremio de sentir el amor como un sol constante.
La amadora anhela ser cadencia en que se lea la pasión y va atando sus hilos.
Su tejido es el de los resplandores que alguna vez iluminan un pétalo lastimado
o ven cómo los robles se beben el color violeta de su propio aliento. Con la
luz teje sus versos de intensidad diversa.
Resulta
curioso cómo se deja tomar por las horas. También la manera como integra en sus
poemas los cambios propios del día. Crea una simbiosis que amalgama
sentimientos y paisajes sin hacer explícita la metáfora, ahondando con ella en
una realidad intangible.
Los
nuevos poemas de Susana están contenidos en dos capítulos titulados Los hilos que me tejen e Hilos del alba.
En ellos el pensamiento se abre y entra en la
ruta del idioma que se somete al oficio. Al hecho silencioso de nacer por
escrito, al respeto por el uso de la herramienta y su destino, al enamoramiento
de las palabras.
Inicia su
viaje poético desde una geografía espiritual, sincera y sobre todo dueña de sí
misma. La poeta teje con las palabras, atraviesa con ellas su país de carne y
hueso, mira, analiza, canta, aletea más allá de su todo.
Reinventa
soles y lunas, amor y deseo y sus palabras la llevan a decir que el tránsito de
la vida a la muerte es una ilusión del tiempo. Aun así, resplandece fragmentada,
desafiante en su metáfora de fuego,
parida de la tierra en el ritual del trigo.
Son esas luces, las claras en su diversidad y las que se apagan, las que
transmiten su pasión de ser, la fuerza de sus pies, sin que olvide la
importancia de un vuelo de cometas o el disfraz de un adiós.
La
insistencia de los recuerdos aparece en su verso como lo hacen los reflejos en
un espejo, o como lo hace el alma en la huella de lo que se perdió. En la memoria
de un recorrido que, llegado a su fin, guarda todavía la presencia de los
momentos idos.
El uso del
verbo tejer es característico en la expresión poética de este libro. No lo es
solo en las palabras, también en la imagen.
La
idea de tejer se sustantiva en la ilustración de su carátula que muestra la fotografía
de un tejido hecho con hilos, creación de Alberto Mario Jácome Jiménez.
El
entramado forma una figura circular, habla del movimiento que sugiere con su
línea alrededor de un punto sobre el aire. Un punto de entrada que no de salida.
Si nos aventuramos por su recorrido, lo más probable será que nuestro
pensamiento vaya más allá de los sueños premonitorios del destino.
Pero
si quisiéramos regresar, deberíamos volver al punto de entrada, buscar el
extremo del hilo y destejer la trama. En otras palabras perder el principio.
Después
de leer este libro, al doblar el tapiz tejido por Susana Jiménez Palmera, dejo
que el agua corra por mis manos y siento que aún fluyen en mis venas los pasos
de sus poemas, de sus hilos que vienen del alba, del fuego, del sol, del aura
de la luna. De su hermosa calidad de mujer poeta.
Margarita
Galindo Steffens
Premio Nacional de Poesía MeiraDelmar
Premio Nacional de Poesía MeiraDelmar