Presentación del Libro "Con hilos de soles y lunas" FILBO2016

Con hilos de soles y lunas

Al presentar a nombre de Apidama Ediciones, este nuevo libro de Susana Jiménez Palmera, Con hilos de soles y lunas, saludo un tejido, y cada puntada, una nueva palabra que se solaza en una búsqueda, como muy bien lo dice Susana en el poema Hilatura:

Con una mano se hilarán colores / y con la otra se tramarán / retazos de la brisa.
Y finaliza diciendo: Mira la rueca / y vigila cómo en el bastón / se devana el futuro/ sin dejar suelta una sola hebra.

El símbolo femenino del tejido es Penélope, quien para mantener su castidad ante la ausencia de Odiseo, teje y desteje un sudario que le permite soportar aquella ausencia.

En este caso, en lugar de tejer de día y destejer en la noche, Susana hila con una mano los colores y con la otra retazos de brisa, sabe que cada instante queda consignado en el tejido, como si fuera el gran libro donde los seres humanos dejamos escrito para la posteridad nuestra historia, no podría por tanto, dejar una sola hebra suelta, ella las recoge, las suma, las alimenta.

En este caso la poeta es una tejedora de sueños y de vivencias, una mujer que traspasa, el espejo y el espejismo, como lo dice en su poema Ritual del trigo:

Traspaso un mundo de espejismos, / traigo tejida el ala del atardecer / que despunta en mis pupilas / y esparce delirios.

Si entramos en el significado profundo de esta metáfora, y comprendemos cómo los espejismos nos confunden, a poetas y no poetas, nos parece ver un gran pozo de agua y luego, resulta que no es lo que parece, es el producto apenas de nuestra imaginación. Y continuamos leyendo este poema “traigo tejida el ala del atardecer”, vuelve nuestra poeta y teje a su cuerpo el ala del atardecer, que despunta en mis pupilas / y esparce delirios.Este tejido apunta a rescatar su cuerpo de la nada, de la quietud, del olvido. Pero se niega de alguna manera, a confrontar los espejismos y busca las alas para volar y esparcir sus delirios.

Susana Jiménez es una poeta que recurre a distintos temas, me referiré a su poema, Anaestasia, el cual lleva un epígrafe de Rafael Alberti que dice:

¡Nostalgia de los arcángeles! Yo era… / Miradme. / Vestido como en el mundo, / ya no se me ven las alas. / Nadie sabe cómo fui, no me conocen. 
Y recurro al epígrafe y ahondo un poco más en él, porque Anaestasia, resulta un tanto enigmática en el poema. Y cuando lo leemos nos resulta una mezcla de arcángela y poesía.

Con mirada de espejo / cautivas mi piel / y guardas en los pliegues / de tu manto el despertar/ de las rosas.
Compás / melodía / mujer de versos sembrados / en tierra desafiante, te escondo / y cubres mi rostro / y lates en mi sangre. / No quiero que te descubran / ahora que te he recibido / como bálsamo para mi alma / y aura para mis suspiros: / Perpetúa, perpetúa, la metáfora del fuego / y no huyas, te grito / no tengas en cuenta / los días en que muero.

Esta mujer lleva consigo el milagro, la belleza y la magia al ser capaz de guardar en los pliegues de su manto el despertar de las rosas. Pero hay un elemento que la consagra como musa de la poesía, y son las palabras: Compás, melodía, mujer de versos sembrados en tierra desafiante… Esto significa que es ritmo, música, verso que siembra en una tierra que para nuestra poeta es desafiante, puesto que cada palabra que escribe no se conforma con consignarla y dejarla allí como un algo cualquiera, conozco el trabajo de Susana con el lenguaje, su búsqueda, la batallas con ella misma por sobrepasar el significado habitual y lograr algo que signifique y resignifique esa palabra, situándola en un más allá, como esta arcángela poética, que le permite entrar en el fuego y depurarse en él. Desea atraparla, dejarla allí, es el equivalente a la Diosa blanca de Robert Graves.

Diosa multiforme que encierra el secreto de toda expresión artística que sobrevive al tiempo. Esa diosa suprema que reconocían las culturas matriarcales, pero que al mismo tiempo representa la diosa enigmática y primordial de la palabra, la que a pesar de todos los mecanismos que la humidad ha inventado para eliminarla, ella permanece y pocas veces, como es el caso de Susana Jiménez, se deja ver y sentir.Solo los poetasque saben con su profunda intuición entrar en el mito, en el origen ancestral de los arquetipos, pueden llegar a ella, sentirla, vivirla, palparla.

Daré algunos ejemplos poéticos de este libro: Con hilos de soles y lunas, en los cuales Susana nos lleva por esa lengua de Robert Graves, y nos deja ver a la Diosa desatando árboles, lunas y estrellas:

En el poema: Tal vez, nos dice:

Eres el temblor de la tierra / o la caída del pájaro. / No sé si eres la rama resistente /
del árbol con memoria / o a ratos, aquella que cede / bajo el peso de la nieve.
Te siento en el viento / cuando quiebra mis venas, / en el tornado que envuelve / y enreda las palabras / para que el silencio permanezca.

En Suspiros de árboles:

Se fueron las hojas / y hoy lucen desnudas las ramas, / tallos de hielo abatidos / que expuestos al frío / simulan una plegaria a la brisa, / sin musitar palabra.
Soportan / lo sombrío de la época. / Sin adornos / muestran lo fugaz / de las apariencias.

Los invito a leer y releer:Con hilos de soles y lunas, a dejarse llevar por este árbol escueto, desnudo, abatido por el hielo y el dolor, para llegar a su esencia, sin adornos ni maquillajes, y en esta forma descubrir nuestro Otro Yo, el que no miente y nos enrostra, día a día, lo que realmente somos, y como diría Susana Jiménez:

Algunos / que no entienden de suspiros / llaman a esto / naturaleza muerta.

Bienvenida Susana a la 29ª Feria Internacional del Libro de Bogotá, con tu nuevo libro, esta segunda publicación de tu obra en Apidama Ediciones Ltda. Te auguro muchos éxitos Con hilos de soles y lunas.


Guiomar Cuesta Escobar
Poeta
Miembro de la Academia Colombiana de la Lengua



Bogotá, abril 30 de 2016